8 de julio de 2010

A un sapito, por favor, no lo piséis.

Si bailas un vals hilvanando los versos
a tontas y a locas, sin ton ni son,
sanando mariposas con tus abrazos
las alas tendidas sobre el colchón.

Si viene el viento y te deja sin cuerda
soñando al alba en nubes de algodón,
pequeña y trémula, sonríes y cantas,
deslizas de tu cuerpo el leve camisón.
No quiere el sol ser más que la luna,
ni pisar el gigante en su baile al ratón.
Si deshacen rimas sumando métrica

restando tres sílabas a la canción,
tararea un mundo de silencios rotos
que deslice la bruma hasta un rincón.
Luce y brilla, sencilla y bella,
la serenata croando en tu balcón.

1 comentario:

  1. Precioso.Las cosas pequeñas son las que nos ayudan a pasar por la vida con una sonrisa en los labios :-)

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